La reutilización del agua, camino de consolidarse en Europa
A medianos de mayo, el Parlamento Europeo aprobó una ley con la que, por primera vez, se definen los requisitos mínimos que debe cumplir a nivel europeo el agua reutilizada (aguas residuales urbanas tratadas, por ejemplo) para uso agrícola para considerarla segura, protegiendo a las personas y el medio ambiente. 
 

Reforzando la lucha contra la escasez de agua

Cada vez son más los países de la Unión Europea que se ven afectados por la escasez de agua. Conseguir aumentar su reutilización paliaría las problemáticas relacionadas con el suministro de agua dulce con las que lidia ya muchos Estados, como la reducción de las aguas subterráneas. Por eso, el texto, adoptado en la sesión plenaria del 13 de mayo de 2020, señala que el objetivo de esta normativa es "garantizar un uso más amplio de las aguas residuales tratadas para limitar el recurso a las masas de agua y aguas subterráneas".

Las declaraciones de la responsable de la tramitación parlamentaria del texto legislativo, la italiana Simona Bonafè, reflejan la importancia de esta acción del Parlamento Europeo, que llegó a calificar como “hito en la transición hacia una economía circular para los recursos hídricos”. Y es que, mientras que en la actualidad se reutilizan 1.100 millones de metros cúbicos de agua anuales, según Bonafè, la cifra podría llegar “hasta 6.600 millones” en 2025. Para ello, será necesaria una inversión “de menos de 700 millones de euros” con la que se podría llegar a evitar “más de un 5% de extracción directa de las masas de agua y aguas subterráneas”. 
 

La relación de Europa con el tratamiento del agua

Fue en diciembre del año 2000, cuando la Unión Europea adoptó la directiva que establecía un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas. Se trataba del paso más ambicioso en este sentido realizado a nivel europeo hasta entonces. Dicha normativa, establece un sistema de gestión basado en las demarcaciones hidrográficas naturales, con lo que obliga al esfuerzo por un objetivo común a instituciones de distintos niveles, hasta ciudadanos y sectores industriales afectados.

Sin embargo, tras dos décadas de su publicación, había falta más. Y es que, según los cálculos, en Europa se malgasta entre el 20 y el 40% del agua disponible. Los motivos son varios: escasez de tecnologías de ahorro de agua, exceso de actividades de riego, goteos de grifos, fugas…). De no actuar frente a esta cifra, el consumo de agua aumentará un 16% en los próximos 10 años, lo que acentuará los problemas de escasez u sequía agudizados por los efectos del cambio climático. La nueva ley pretende revertir esta tendencia.

Es interesante remarcar que los tratamientos que se llevan a cabo para depurar las aguas residuales, generalmente, reducen la carga de contaminantes de éstas para que puedan ser vertidas a cauces naturales, pero no siempre pueden usarse como recurso hídrico alternativo. Para ello, se deben aplicar tratamientos adicionales (tratamientos terciarios) que mejoran definitivamente la calidad y permiten, finalmente, su reutilización. 

De hecho, en España, casi un tercio de las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) están preparadas tecnológicamente para ofrecer este tipo de tratamientos. Se calcula que, actualmente, ya se reutilizan más de 400 hectómetros cúbicos al año (entre el 7 y el 13% del agua residual tratada).

DAGA acumula años de experiencia en el desarrollo de equipos para EDAR, que tienen por objetivo la extracción de contaminantes y la transformación de aguas residuales en un afluente que pueda ser directamente reutilizado o retornado al ciclo del agua con un impacto mínimo en el medio ambiente. 

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