Las EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) es el lugar dónde se realizan los tratamientos de reutilización del agua. Se trata de procesos que consisten en recoger las aguas de una población o de una fábrica industrial y aplicar ciertos tratamientos para poder devolver el flujo a un cauce receptor como ríos, embalses o bien el mar.
El proceso de reutilización del agua de una EDAR está dividido en 5 fases principales, desglosadas en el pretratamiento, tratamiento primario, secundario y finalmente, la línea de fangos y otros residuos. Los diseños de estos sistemas de depuración son clave para garantizar el buen funcionamiento y la eficiencia en cada una de las fases del proceso. Es más, en numerosas ocasiones, la visión de los diseñadores se ha traducido en diseños inadecuados y, en consecuencia, numerosos procesos de depuración se han catalogado de obsoletos, cuando el error residía en el diseño.
Para llevar a cabo un buen diseño de una EDAR, es necesario garantizar el correcto procesamiento de la materia prima, el agua residual. Por ello, uno de los procesos clave para obtener un buen procesamiento en una EDAR es el desbaste, que consiste en rebajar la cantidad de elementos sólidos que pueden disminuir la efectividad del tratamiento de las aguas. Asimismo, es importante tener en cuenta las sinergias entre los diferentes procesos y prestar más atención a procesos biológicos y físico-químicos.
Otra de las problemáticas que suelen encontrarse a raíz de un mal diseño es la dimensión del canal de procesamiento y de la reja manual de reserva. En ambos casos se debe garantizar que el agua residual pueda ser procesada por la EDAR, y esto solo es posible con las dimensiones adecuadas.
Por otro lado, encontramos los desarenadores en los que se acumulan las arenas que dañan los depósitos y llegan a inhibir el resto de procesos. Cabe decir que, en distintas ocasiones, los operadores son los únicos que conocen en profundidad el daño que generan las arenas en la estabilización anaerobio de fangos que obligan a acortar los plazos de limpieza de los digestores.
Finalmente, el último proceso a tener en cuenta es la deshidratación de fangos ya que, de no limpiarse de forma correcta a través de un proceso de deshidratación, los fangos de la planta acabarán de nuevo en el cauce receptor.
Por todos estos motivos es primordial conocer en profundidad las consideraciones expuestas para la realización del diseño de una EDAR y garantizar así su correcto funcionamiento.
El proceso de reutilización del agua de una EDAR está dividido en 5 fases principales, desglosadas en el pretratamiento, tratamiento primario, secundario y finalmente, la línea de fangos y otros residuos. Los diseños de estos sistemas de depuración son clave para garantizar el buen funcionamiento y la eficiencia en cada una de las fases del proceso. Es más, en numerosas ocasiones, la visión de los diseñadores se ha traducido en diseños inadecuados y, en consecuencia, numerosos procesos de depuración se han catalogado de obsoletos, cuando el error residía en el diseño.
Para llevar a cabo un buen diseño de una EDAR, es necesario garantizar el correcto procesamiento de la materia prima, el agua residual. Por ello, uno de los procesos clave para obtener un buen procesamiento en una EDAR es el desbaste, que consiste en rebajar la cantidad de elementos sólidos que pueden disminuir la efectividad del tratamiento de las aguas. Asimismo, es importante tener en cuenta las sinergias entre los diferentes procesos y prestar más atención a procesos biológicos y físico-químicos.
Otra de las problemáticas que suelen encontrarse a raíz de un mal diseño es la dimensión del canal de procesamiento y de la reja manual de reserva. En ambos casos se debe garantizar que el agua residual pueda ser procesada por la EDAR, y esto solo es posible con las dimensiones adecuadas.
Por otro lado, encontramos los desarenadores en los que se acumulan las arenas que dañan los depósitos y llegan a inhibir el resto de procesos. Cabe decir que, en distintas ocasiones, los operadores son los únicos que conocen en profundidad el daño que generan las arenas en la estabilización anaerobio de fangos que obligan a acortar los plazos de limpieza de los digestores.
Finalmente, el último proceso a tener en cuenta es la deshidratación de fangos ya que, de no limpiarse de forma correcta a través de un proceso de deshidratación, los fangos de la planta acabarán de nuevo en el cauce receptor.
Por todos estos motivos es primordial conocer en profundidad las consideraciones expuestas para la realización del diseño de una EDAR y garantizar así su correcto funcionamiento.
DAGA y su compromiso por la gestión del agua limpia
El cuidado de las aguas residuales es clave para fomentar la gestión sostenible y reducir el impacto que creamos en nuestro planeta.
Con más de seis décadas de experiencia, en DAGA trabajamos para garantizar los mejores sistemas de tratamiento de aguas residuales y ayudar en la eficiencia de las EDAR.