El instituto de las Naciones Unidas hace un llamamiento a la cooperación colectiva e internacional para frenar el deterioro de las presas y embalses de todo el mundo, de las cuales 1.064 en España ya superan su esperanza de vida de entre 50 y 100 años, suponiendo un grave peligro de desbordamiento y quiebra de las infraestructuras.
El informe “Envejecimiento de infraestructuras hidráulicas: un riesgo global emergente” elaborado por el Instituto del Agua, Medioambiental y Salud ya advierte de las graves consecuencias económicas y sociales que puede causar el deterioro de estas represas, las cuales ofrecen funciones vitales como control de inundaciones y suministro de agua y energía hidroeléctrica, entre muchas otras.
Veamos más en detalle las consecuencias que puede conllevar la no reparación de estas instalaciones y las medidas más prudentes a tomar:
Algunos países ya han barajado la posibilidad de desmantelar los embalsamientos de agua ya existentes para construir otras infraestructuras nuevas en las represas con el fin de garantizar la seguridad pública y preservar el ecosistema fluvial de las zonas afectadas. En regiones como Europa y Estados Unidos se estima que el coste e impacto económico y social en la remoción de las presas puede ser menor que el de reparación, con una segunda opción viable consistente en la clausura de las instalaciones si los gastos en reconstrucción son demasiado elevados para países con renta baja.
Sin embargo, el envejecimiento masivo de presas y embalses provoca que el proceso de remoción sea complejo y de larga duración, con una estimación de años y décadas de trabajo, por lo que la actuación global inmediata de los gobiernos de cada región se convierte en el mejor plan de actuación para asegurar la participación de expertos y de revisiones regulatorias de dichas reformas.
Siguiendo con la información proporcionada por Pereira, solo las presas bien construidas, diseñadas y mantenidas pueden hacer frente a los problemas de caudal y erosión de los ríos, por lo que la mejor medida consiste en realizar inspecciones periódicas y mantenimiento oportuno para prolongar la vida útil de estas construcciones, donde el desmantelamiento se presenta como la mejor opción si su deterioro es muy significativo, para evitar riesgos y minimizar costes económicos y humanos.
Si quieres conocer más información te animamos a que visites nuestro blog.
El informe “Envejecimiento de infraestructuras hidráulicas: un riesgo global emergente” elaborado por el Instituto del Agua, Medioambiental y Salud ya advierte de las graves consecuencias económicas y sociales que puede causar el deterioro de estas represas, las cuales ofrecen funciones vitales como control de inundaciones y suministro de agua y energía hidroeléctrica, entre muchas otras.
Veamos más en detalle las consecuencias que puede conllevar la no reparación de estas instalaciones y las medidas más prudentes a tomar:
El envejecimiento descontrolado de las presas
El informe dependiente de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-INWEH) ofrece unos datos cuantificados que aún son más alarmantes que los datos mencionados a nivel español. Según dicho informe la mayoría de las 58.700 grandes presas y embalses alrededor del mundo habrán superado su vida útil en 2050, alcanzando así los 100 años de longevidad.Algunos países ya han barajado la posibilidad de desmantelar los embalsamientos de agua ya existentes para construir otras infraestructuras nuevas en las represas con el fin de garantizar la seguridad pública y preservar el ecosistema fluvial de las zonas afectadas. En regiones como Europa y Estados Unidos se estima que el coste e impacto económico y social en la remoción de las presas puede ser menor que el de reparación, con una segunda opción viable consistente en la clausura de las instalaciones si los gastos en reconstrucción son demasiado elevados para países con renta baja.
Sin embargo, el envejecimiento masivo de presas y embalses provoca que el proceso de remoción sea complejo y de larga duración, con una estimación de años y décadas de trabajo, por lo que la actuación global inmediata de los gobiernos de cada región se convierte en el mejor plan de actuación para asegurar la participación de expertos y de revisiones regulatorias de dichas reformas.
Impacto ambiental en la cuenta atrás de los embalses
Estos depósitos de agua, con un volumen entre 7.000 y 8.300 kilómetros cúbicos, cuentan con un factor de rebasamiento adicional agravante: el cambio climático. Duminda Pereira, investigador en la UNU-INWEH y principal autor del informe, comenta que el cambio en el flujo de los ríos, así como la proliferación de lluvias extremas, reduce la eficacia de la reserva del agua en los embalses, sumado a la sedimentación que obstaculiza el almacenamiento por la acumulación de materiales sólidos transportados por las corrientes fluviales.Siguiendo con la información proporcionada por Pereira, solo las presas bien construidas, diseñadas y mantenidas pueden hacer frente a los problemas de caudal y erosión de los ríos, por lo que la mejor medida consiste en realizar inspecciones periódicas y mantenimiento oportuno para prolongar la vida útil de estas construcciones, donde el desmantelamiento se presenta como la mejor opción si su deterioro es muy significativo, para evitar riesgos y minimizar costes económicos y humanos.
DAGA y su política de gestión del agua
Con la misión de optimizar la capacidad de las depuradoras y de plantas en regadíos o industrias a escala internacional, DAGA nace con el propósito de ofrecer soluciones personalizadas sobre el correcto uso del agua y asesoramiento técnico en los procesos de construcción y gestión hídrica. Nuestros servicios de calidad avalados por 30 años de experiencia sirven para responder a cualquier problema en sostenibilidad medioambiental que se presente en todo el mundo.Si quieres conocer más información te animamos a que visites nuestro blog.
